En los últimos tiempos, el mundo ha sido testigo de algunos ataques de ransomware que no sólo han paralizado la actividad y el secuestro de los datos de miles de usuarios, sino que también ha puesto en evidencia las vulnerabilidades del ecosistema cibernético existente.
El ransomware se está convirtiendo cada vez más en una seria amenaza tanto para los usuarios como para las organizaciones. Mientras los expertos en ciberseguridad se esfuerzan por frenarlo, parece que los ciberdelincuentes se superan unos a otros, y crece cada día la intensidad y sofistificación de sus ataques. El ransomware comenzó con el ataque en un disquete, que supuso el pago de un rescate de 189 dólares. A partir de entonces, empezaron a sucederse intentos organizados de ataques a las brechas de seguridad de todo tipo de empresas por parte de grupos de hackers. Estos primeros ataques, evolucionaron hasta convertirse en toda una industria multimillonaria del cibercrimen, que es lo que es el ransomware en la actualidad.